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El manto oscuro arropa un lugar;
Allí eres guiado por vulgo trobar.
Risueños cantares en mal entonar
Que a tu alma desierta quieren animar.
Un río ebrio arrastra a aquellos que claman sedientos.
Lanzan osados el desafío al dios de los vientos.
A unos pasos del viejo umbral,
Crepitan antorchas de leve alumbrar.
Bellezas fundidas con juegos de azar.
¡Un mundo perfecto por el que brindar!
Guerras que duermen en el recuerdo, reviven audaces.
Nacen de labios que las adornan con frases mordaces.
Entra en la taberna
Siente que eres libre
Destierra de tu ser
El miedo a caer.
Las horas son pocas...
¡¡Invita a una ronda!!
Ahora es el momento
Canta, brinda y ríe.
Recuerda esta noche, no habrá otra igual.
Cruel destino te puede aguardar.
Parece un sueño que calma tu sed.
Pero estás consciente y has de beber.
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De tu boca han escapado gritos que nadie escuchará.
Hoy tu cielo se ha marchitado; sobre tu alma se derrumbará.
[Las sombras te nombran... las sombras]
Caminando en negras mareas que tu nombre hacen olvidar.
Intentando encontrar la llave que te libere del pesar.
...................
Como un llanto de mil ancestros, enraizado en tus sentidos,
Claman por tu ser marchito como si fuera su bien perdido.
[Las sombras te nombran... las sombras]
Tu voz inerte, sutil proclama, aún parece dejarse oír.
De las brumas de sueños rotos sólo deseas resurgir.
"Cuando sentiré mi alma renacer.
Déjame creer...
¡¡Calla sus voces!!
¡¡Inhibe mis sentidos!!
¡¡Calma todo ruido... hasta que los destroce!!
Cuando podré ver la luz que me negué...
Déjame creer"
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"Soldados, estad preparados. A mi señal comenzará su ruina.
Nuestro honor quedará intacto y nuestro trofeo será... ¡su sangre!. ¡Luchad!."
Alzan las armas bajo el estandarte de su majestad.
Defienden tierras que sus hijos no heredarán.
Nuestra llegada augura la muerte a quien ose luchar.
Filos sedientos por ríos de sangre derramar.
Ya no hay dioses que les amparen bajo el coraje que les aplastará.
"Esa escoria no tiene salida.
Estad listos para otra embestida, no temáis, fieles vasallos
Nosas lanzas rasgan el cielo.
Nos escudos son muro de piedra.
Nuestras hachas sus cráneos quebrarán."
[Vibra el suelo]
furor de alazanes herrumbres que mellan la tierra
[Garbo y valor]
Estruendo de cascos la muerte cabalga hacia tí
[Hombres de hierro]
Figuras grotescas irguiéndose a lomos del mar
[Polvo y sudor]
Muralla punzante sembrada de muerte
Tumulto metálico, que ensordece
Últimos hálitos, se desvanecen
Aire antes puro, teñido escarlata
A hierro muere, quien a hierro mata
"Hermanos, la victoria está en nuestras manos. Que ardan sus casas y que las llamas rocen el cielo...
quemad a los impíos."
Lluvia silbante.
Almas de acero.
Muerte cortante.
Ejercito férreo.
(Bis en coro)
Sin salida, pocos avivan su llama de vida.
Alma osada fija en su arco la presa marcada.
Flecha de muerte; corona invasora, ha cambiado tu suerte.
Cruel providencia, los jueces del sino dictan sentencia.
Rey malherido habiendo vencido al enemigo.
Tierra robada, ahora es distinta a la soñada.
Páramo yermo, espectros herrantes privados de duelo.
[Victoria] con amargo final.
"Huyen los que aún viven, atormentados, dejando atrás a sus muertos.
Escrita está nuestra conquista.
Nuestros nombres serán recordados.
Nuestras gestas serán evocadas.
¡Camaradas!... [¡esta noche nos toca brindar!]"
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